jueves, 19 de agosto de 2010

REGRESIONES Y VIVENCIAS

Son diversos los sentimientos que se sacuden al leer estás cuantas líneas, son varios los recuerdos que invaden mi mente al viajar por el tiempo y descubrir que las palabras describen lo que en verdad llevamos en nuestro corazón.



De niña poco me llamaba la atención leer, se me dificultaba pronunciar algunas fonemas, al leer frente al grupo sentía constantemente la burla de mis compañeros y esto impidió que sintiera atracción por las palabras que otros escribían; fue así como poco a poco me animé a escribir mis pensamientos, tristezas, alegrías, triunfos y derrotas; conté siempre con la colaboración de mis profesores de español quienes me aumentaban más los deseos de escribir y abrir las puertas de mi corazón, las puertas de mi alma.


Estando en la universidad tuve que leer el libro “Scorpión city” de Mario Mendoza y la tortura llegó de nuevo a mi vida, mi profe solía realizar cadenas de lectura para luego evaluarnos la comprensión del mismo y fue allí donde mi mundo nuevamente oscureció, se cubrió de tinieblas y no lograba ver aquella luz al final del camino; al ir profundizando en la lectura, sus palabras me envolvieron, me atraparon en una red que ni yo misma quería escapar, no quería separarme de las líneas ni un solo instante y lo único que deseaba era descubrir quién estaba detrás de los crímenes de las mujeres de la vida alegre, todo ello en compañía de Leonardo Sinisterra; el héroe de la historia.


Respirar las páginas de aquel libro y el trasladarme a este mundo mágico era lo mejor que me podía suceder, el miedo de leer frente a los demás desapareció y todo gracias a la lectura.


Más adelante al igual que la profe Clara leí algunos cuentos de Edgar Allan Poe, “El gato negro” logró erizarme la piel, me permitió vivir cada instante de asombro, de temor y de sorpresa junto a su protagonista, “El corazón delator” y “Los crímenes de la calle Morgue” fueron otros tantos que me enamoraron, me cautivaron. Los días de escritora quedaron a un lado para abrir paso a los días de insomnio, al llegar a mis manos un libro que lograra atraparme y enamorarme, quería devorarlo, no pasaba noche sin leer, sin saber que pasaría en la página siguiente.


El sentirme identificada con el libro “Verónica decide morir” de Paulo Coelho, reconocí que en la lectura podemos encontrar mundos paralelos que nos enseñan, nos educan y nos transforman; es maravilloso saber que no eres la única persona en el mundo que debe enfrentar situaciones tan difíciles y que a pesar de todo siempre habrá esa luz al final del camino.





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